Conociendo Francia (cahetel)

Por la ventana pude ver a una bebe sentada solita en un sillón. Cuando le preste atención a su olor me di cuenta de que era híbrida igual que yo. Apenas la vi, ella me miro también y antes de que pudiera hacer nada, estaba al lado de la bebita. Me miraba con gran curiosidad, yo también la miraba de la misma manera. La bebe parecía tener unos tres o cuatro meses... aunque yo estaba segura de que tenía mucho menos, porque nosotros los híbridos creciamos bastante rápido. Luego de unos segundos, caí en que estaba dentro de la casa, no sabía como pero estaba adentro ya.

- Pero que...?

Pregunte al aire, la bebe me iba a entender la pregunta sí, pero posiblemente no me iba a poder contestar porque la veía demasiado chiquita como para hablar. Le sonrei con ternura y me puse de rodillas frente a ella.

- A que tenes un don y lo usaste para que yo entrara, no?

Le pregunte con suavidad mientras le sonreia. Definitivamente, ella tenía un don pero no estaba muy segura de saber cual era.

Vi como la bebe me estiraba las manitos y sonrei más todavía. Deje mi mochila en un rincón de por ahí y me acerque para tomar en brazos a la bebita.

- Como puede ser que estes acá solita, eh?

Dije entre risas, mirando lo divertía que parecía la bebe ahora, seguro también se había dado cuenta de que era igual que ella... que teníamos un padre vampiro.

Cuando la tome en brazos en vez de llorar, que sería la reacción tipica de un bebe al ser levantado por un desconocido, parecía estar muy contenta. Yo le sonrei con ternura y vi como empezo a jugar con uno de mis dedos... pero realmente me sorprendi cuando después de lo moviera con fuerza apareciera una calabaza con un tamaño bastante importante en el medio de lo que supuse era la sala. Empece a reir.

- Realmente tenes un don muy interesante, bonita.

Dije todavía riendo y le bese con cuidado la cabezita.

La bebe volvió a agarrar mi dedo y a moverlo de nuevo y así la calabaza se convirtió en un... carruaje? volví a reir, sí que nunca se iba a poder aburrir esta pequeña con semejante don.

- Así que queres dar un paseo?

Le pregunte con una sonrisa y señalando el hermoso carruaje que había hecho aparecer.

Como respuesta a mi pregunta, ella asintió con la cabecita. Le sonrei, confirmando lo que pense apenas la ví, ella sí me podía entender a pesar de ser tan chiquita. De golpe, vi como aparecieron muchas burbujas con un nombre: "Darius", eso era lo que decía todas y cada una de las burbujas. Me hice paso a través de ellas con la bebita en brazos, hasta llegar al carruaje.

- El nombre que aparece en las burbujas es de hombre así que debe ser de tu papá de seguro, no?

Dije mientras subia al gran carruaje/calabaza.

- Y cuál es tu nombre preciosa?

Eso de seguro me lo iba a poder responder, su don no tenía límites y se podría hacer entender muy bien.

Realmente era inteligente y se hacía entender la pequeña porque apenas le pregunte su nombre cerro sus ojitos e hizo aparecer un cartel con su nombre. Después se me quedo mirando atenta y le sonrei.

- Mucho gusto Cahetel, me llamo Danielle.

Dije agarrando una de sus manitos.

- Sabes una cosa, tu don es bastante sorprendente... yo quisiera poder hacer lo mismo que vos.

Le dije medio riendo.

Agarre firmemente a Cahetel entre mis brazos cuando sentí que el carruaje, aunque iba a una velocidad moderada, ya comenzaba a moverse por la casa.

- Y tu papá? debe estar por acá porque no creo que te deje solita...

Dije mirando a mi pequeña nueva amiga.

- Y si se enoja porque estoy acá?

Pregunte con algo de preocupación mientras miraba por donde nos estaba llevando el carruaje.

Sonrei cuando la vi negar con la cabeza.

- Eso espero.

Dije acariciando su cabecita. El carruaje estaba atravesando el comedor y estaba yendo directamente hacia lo que pude ver, era la cocina.

- Tenes hambre, preciosa?

Pregunte al ver la dirección que estabamos tomando.

Vi que asentía sonriendo y solte una risita.

- Al parecer sí tenes hambre.

Dije mientras la miraba morder mi dedo, no tenía dientes así que no me molestaba, solo me rei más.

- Y apuesto a que queres sangre?

La mire con ternura mientras sentía que el carruaje disminuia la velocidad mientras llegabamos a la cocina y quedaba completamente quieto en el medio de la cocina.

Vi a la pequeña mover sus manos hacia el refrigerador. Baje inmediatamente con ella en brazos todavía y lo abrí. Había bastante sangre embotellada y saque una para dársela a Cahetel. Me quede unos segundos pensando y mirando a la bebe, era muy chiquita sí... así que pensando en eso, busque en una de las alacenas y encontre varias mamaderas. Sonriendo agarre una. Sosteniendo a la bebe con un brazo, con el otro abri la botella de sangre y cargue la mamadera... la sentí fría así que mire a la pequeña.

- Esta muy fría, voy a calentarla un poco.

Deje la mamadera semi-preparada en la mesada de la cocina y busque una cacerola mediana. Cuando la encontre le puse agua hasta la mitad y estaba a punto de encender la cocina para entibiar la sangre para la bebe cuando reaccione en que no había necesidad de encender la cocina. Coloque la mamadera dentro de la cacerola con agua y metí mi mano libre. En pocos segundos ya había calentado el agua y antes de que hirviera el agua saque mi mano, y saque la mamadera tibia ya. Antes de dársela me asegure de que no estuviera muy caliente y se la di.

- Te parece bien así, bonita?

Le dije sonriendo mientras secaba mi mano.

Sonrei al ver como me ofrecía la sangre que recién le había preparado. Negué suavemente con la cabeza.

- Muchas gracias Cahetel, pero yo ya tome algo de eso antes de venir.

Le dije sonriendo con amabilidad.

- Te la prepare especialmente para vos, toma tranquila.

Acaricie una de sus manitos y sonrei.

Mire divertida, la rapidez con que la bebita tomaba la sangre, parecía que realmente tenía hambre. Apenas termino, le agarro hipo... y a su vez eso causaba que le salieran pequeñas burbujas rosadas de la boca.

- Eso te pasa por tomar tan rápido.

Le dije entre risas ya que la bebe estaba riendo y eso hacía que tuviera más hipo, contagiandome así las ganas de reir.