Accidente -capitulo 5-

Las cosas no habían cambiado demasiado. Seguía con mi trabajo, visitaba a mis amigos mas seguido y todos los domingos sin falta iba a almorzar a la casa de mis padres.
El otoño había llegado y con el los días los días frescos. Las horas de luz se reducían drásticamente y en las calles las hojas volaban sin cesar.
Todas las mañanas eran iguales. En el recorrido de las diez cuadras que separaban mi casa del trabajo veía a mujeres mayores de edad barriendo la vereda, dos carniceros de diferentes cuadras abriendo sus negocios y un verdulero amigo que descargaba la mercadería fresca para el día.
Nunca me había gustado el invierno, el frio se colaba entre mi ropa haciéndome estremecer, no había ropa que consiguiera abrogarme completamente y me deprimía con más frecuencia. Pero de todos modos había algo que me gustaba de esta época, mirar películas tirada en el puf, arropada con una manta que era de mi abuela y con una gran fuente de pochoclos.
Habíamos acordado con Wendy que iríamos a cenar y luego a un bar a divertirnos un poco. Ella insistía demasiado con la idea de que conociera a un amigo de su novio que al parecer gracias a los chicos yo le agradaba aun sin conocerme.
No estaba demasiado convencida, pero esperaba que fuese bueno para mi ya que desde que Damian había desaparecido no había pensado en otra cosa que no fuera el, y ya me estaba resultando fastidioso.
Llego el sábado casi sin darme cuenta. Era un día cálido, el sol se había comportado de buena manera y brillaba con gran intensidad. Este era sin duda un punto a mi favor, aunque mis ganas de salir a divertirme se habían esfumado tan pronto como habían llegado. Sabia que no podía fallarle a mi mejor amiga, y menos cuando hacia tanto que lo venia planificando.
A las cinco de la tarde me llamo Mat para avisarme que había cambio de planes. “me salve” pensé haciendo una sonrisa de alivio, pero estaba equivocada.
-Maggs vamos a ir a cenar a la casa de Wen porque dice que tiene ganas de cocinar-
-De acuerdo, gracias por avisarme, si necesita de mi ayuda o si tengo que llevar algo decile que me avise.-
-Si, no te preocupes. Ya esta todo listo. Le digo que si se le presenta algo te avise.-
Colgué el teléfono un poco mas animada. Me relajaba ir a cenar a su casa en lugar del restaurante. Era un ambiente más cómodo.
Antes de darme cuenta se había pasado toda la tarde, eran las ocho de la noche y yo aun tenia que bañarme. Me vestí con un pantalón negro, una blusa roja, zapatos y un saco negro. Era algo formal y poco atrevido. No quería darle una mala impresión a mi “cita a ciegas”.
Llegue a casa de Wen con una botella de vino tinto, de buena marca pero no tan elevado. Los muchachos todavía no habían llegado por lo que pude desahogarme contándole mis dudas.
-Wen estoy nerviosa, no se quien es el chico pero no creo que sea una buena idea, no logro superar la perdida-
-Por favor Maggie, Tenés que abrirte a nuevas experiencias. No quiero que estés mal pero el se fue hace tiempo y no va a volver.-
Sus palabras eran como puñales en mi corazón, pero no podía contradecirla ya que ella decía la verdad. El había desaparecido y mi vida tenía que continuar.
-Tenés razón, pero ¿Cómo hago para que mi alma no sienta esto?, solo con decir su nombre me recorre un escalofrío por todo el cuerpo. No puedo evitarlo.-
-Ya vas a ver que pronto te vas a olvidar de el, quizás hoy llegue tu verdadero amor-
Ella trataba de animarme, de darme fuerzas para comenzar de nuevo y se lo agradecía sinceramente pero era casi imposible para mí pensar en otra persona. Ni siquiera me causaba emoción o sorpresa saber que un nuevo candidato llegaría en cualquier momento.
-El esta con muchas ilusiones de conocerte. Ah y no te olvides se llama Francisco.- me dijo tan sorpresivamente que me hizo asustar. Estaba bastante distraída y no pude evitar sonreír, ella se dio cuenta y también rio.
-Voy a hacer mi mejor esfuerzo, pero no te prometo nada- concluí.
En ese momento llegaron los susodichos. Mat traía una torta en las manos y Francisco una botella de champaña. Ambos nos saludaron con un beso en la mejilla y Mat nos presento.
Era un joven bastante apuesto. Alto, de cabello oscuro, ojos marrones y tés bien blanca. Tenia pinta de simpático y su sonrisa era atrapante.
La noche transcurrió sin muchas variantes. Terminamos la cena sin dejar de hablar en ningún momento. Tocamos todos los temas de actualidad, política, economía, sociedad. Yo esperaba que nadie hablara del pasado ya que no quería arruinar la velada.
Wen me llevo a la cocina con la excusa de querer limpiar todo antes de salir, pero yo sabía que había algo más. -¿y que te parece? ¿Es apuesto no? Y muy gracioso.- ella parecía más entusiasmada que yo.
-Es lindo y me hace reír, eso no lo discuto, pero no te puedo dar una conclusión exacta, aun es muy prematuro para deliberar algo.- ella puso mala cara, pero no le di importancia. No podía pretender que le dijera que estaba enamorada o algo parecido. Era demasiado ansiosa y no podía ocultarlo. Yo me reía.
Fuimos al bar y nos sentamos en una mesa junto a la ventana. Pedimos unos tragos típicos del lugar. Luego de una hora aproximadamente fuimos al baño con Wen y al lavarme las manos sentí una punzada en el estomago, me dolió mucho, pero se detuvo al instante. Aguarde un instante pero no volvió el dolor por lo que no le di importancia, seguramente era algo pasajero.
Volvimos a la mesa y seguimos como si nada hubiera pasado, no lo comente ya que me pareció insignificante. Seguimos hablando y bebiendo, nos estábamos divirtiendo mucho hasta que en un momento Fran me invito a bailar, extendiendo su mano hacia mi.
Accedí rápidamente y le tome la mano, mire a Wendy y salimos a la pista. Esas canciones me gustaban y el no bailaba para nada mal.
Dimos un par de vueltas alrededor de la pista y seguimos así por un rato, hasta que otra punzada surgió de la parte posterior de mi estomago. Esta vez fue más prolongada y dolorosa. Le pedí por favor que volvamos a sentarnos.
Trate de calmarme pero cada vez eran mas frecuentes, veía que Fran ponía cara de susto. Cerré los ojos un instante y ya no pude volver a abrirlos.
Me desperté agitada, había tenido un sueño horrible, pero poco a poco me fui dando cuenta de que no era una pesadilla, había sido real. No estaba en mi cama, ni en mi casa. Reaccione de que estaba en un hospital al ver todo blanco y gris.
Sentí un malestar en la mano y al mirar me di cuenta de que era por el suero. ¿Qué me había pasado?
-Maggie, despertaste, ¿Cómo te sentís?- era la voz de Mat que me hablaba, mientras se acercaba a mi con cara de preocupación pero sonriendo.
-Estoy bien, me duele un poco la mano, pero ¿Qué paso? ¿Qué hago acá?- no entendía nada.
-Te desmayaste en el bar y te trajimos acá, ¿no te acordas? ¿Por qué no nos dijiste que no te sentías bien?- parecía enojado o asustado.
-Es que no quería arruinar la noche, además no creí que fuera tan grave. ¿Qué tengo?-
-Todavía están haciendo algunas pruebas pero no te preocupes, esta todo bien. Ah Wen esta por venir, fue a avisarles a tus padres. Tenía miedo que se preocuparan.-
Le sonreí, siempre estaban dispuestos a ayudarme. ¿Qué haría sin ellos?
Voltee la mirada y lo vi a Francisco sentado cerca de la puerta un tanto dormido, hice una mueca y baje un poco la mirada. Era muy tierno verlo así.
-¿Qué hace el acá?- le pregunte a Lucas señalándolo.
-Paso la noche acá con nosotros, estaba preocupado porque te desmayaste en sus brazos mientras bailaban.
Volví a mirarlo y me sentí deprimida. No solo le había arruinado la velada a mis amigos, sino también a este chico tan bueno al que recién conocía.
Al parecer Mat se dio cuenta de mi cambio de animo y se apresuro a decir –No te pongas mal, el lo hizo porque quiso, le pareces simpática y le agradas- Me sentí peor. Me agradaba, pero dudaba que pudiera llegar a tener una relación mas allá de la amistad con el, por lo menos no en el corto plazo.
En ese momento entraron mis padres a la habitación seguidos por Wendy. Tenían mala cara, parecían preocupados. Sus expresiones no me gustaron, me daban un poco de temor. ¿Acaso habían hablado con el medico y había alguna cosa mala en mi?
Se acercaron y me besaron en la mejilla –hija me asuste mucho cuando me entere de lo que te paso- fue lo único que dijo mi madre - te pondrás bien, eres muy fuerte- tercio mi padre. Pero ninguno hablaba claramente de lo que estaba pasándome.
Los mire a ambos a los ojos con expresión asustada – ¿Hablaron con el doctor? ¿Qué les dijo? ¿Qué tengo?- solté todas las preguntas juntas, para tener una respuesta en concreto.
-Dicen que es el estrés y un bajón emocional mezclado con un poco de anemia. Nada grave, te vas a poner ben muy pronto- mi madre hablaba un tanto entrecortada.
Nos quedamos en silencio por un rato un tanto extendido. Mis padres a mi lado, Wen sentada en una silla pegada a la pared miraba por la ventana y los chicos en el pasillo tomaban un café. Me sentía apenada por todos, estaban pasando un domingo terrible por mi culpa y aun mas por Fran que apenas lo conocía.
Me quede mirándolo un instante, me alegraba haberlo conocido, era una gran persona, pero me apenaba pensar que el pudiera hacerse ilusiones en vano, yo ya no tenia nada para ofrecerle, o al menos por ahora creía que no.
Mi mente vagaba por muchos lugares a la vez, tenia demasiadas cosas en las que preocuparme. De pronto el medico entro en la habitación haciendo que regresara de mi navegación. Era un hombre alto, canoso, de edad avanzada, con el guardapolvo blanco impecable y anteojos a mitad de nariz.
-Señorita Maggie, tengo los resultados de los análisis básicos y me indican que tenés un poco de anemia. Tu desmayo fue seguramente producto de cambios emocionales que podes estar experimentando. No te preocupes, tus padres me contaron como esta tu situación.- dijo al ver mi cara de confusión y sorpresa – Te daremos el alta ahora, pero quiero que te hagas unos estudios mas para descartar otras afecciones.
-Si, claro doctor, no hay problema con eso.- se apresuro a responder mi madre- yo me voy a asegurar de que cumpla con todo. Muchas gracias de verdad.
-Señora no se preocupe, estamos para ayudar. Te voy a dar unas vitaminas para recuperar las fuerzas y unas gotas para la anemia. En cuanto tengas los resultados de los exámenes me los traes así los vemos.- hizo una sonrisa y concluyo – me alegro de que estés bien- saludo a mis padres y se fue.
-¿serian tan amables de dejarme sola para poder vestirme así nos vamos?- dije al notar que los chicos volvían a entrar, además de que ya no aguantaba mas estar encerrada en ese lugar.
Todos salieron y me quede sola vistiéndome, pensando en todo lo que había sucedido la noche anterior. Esperaba poder salir adelante pronto porque los demás no merecían pasar por esta situación por mi causa.
Salí de la habitación unos minutos después con el pequeño bolso que me habían preparado. Aun seguía un poco mareada, pero caminaba bien.
Cada uno emprendió el camino a casa, yo les agradecí profundamente lo que habían hecho por mí. Esto no lo olvidaría nunca, lo valoraba demasiado.
Me fui con mis padres a su casa ya que no me permitieron ir a la mía, querían que me repusiera completamente y cerciorarse de que cumpliera con todas las ordenes del doctor.

BUENO ESPERO SUS COMENTARIOS. BESOS A TODOS

Oooohhhh yo cuando leí el título tuve la esperanza de que el capítulo se tratara de que el otro quedo en coma 4 y por eso esta desaparecido u_u' jajajajajaja xD estuvo bueno el cap. ^^

Lamento haberte desilucionado, en el proximo cap aparece el nuevamente.

Creo que... no, en realidad estoy segura de que hablas de mas. No tengo talento para nada, solo me gusta escribir. Pero en realidad ni llego a una simple aficionada jaja