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Reencuentro -capitulo 3-
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Reencuentro -capitulo 3-
Quizas le cambie el titulo pero aun no lo se. Escucho opiniones je.
Desperté algo exaltada. Había tenido un sueño bastante raro y sumamente real. Iba corriendo a gran velocidad hasta llegar al borde de un precipicio. La fuerza del envión era tan poderosa que no me permitía parar. Intentaba frenar mis piernas pero estas no respondían. En el momento menos esperado el suelo se termino y comencé a caer en picada hacia abajo, movia los brazos y las piernas sin cesar tratando de volar o de disminuir la velocidad pero todo era sin sentido, no dejaba de descender.
En el momento justo en el que estaba por chocar contra el piso y morirme sin lugar a dudas me desperté, aun movía los brazos para ambos lados. Estaba algo agitada por lo sucedido, no le encontraba sentido alguno pero recordaba cada instante de esa caída. Le buscaba alguna explicación razonable pero no la hallaba.
Me levante muy lentamente, aun estaba un tanto mareada y poco consciente por aquel sueño. Fui hasta la cocina y me prepare el desayuno, ya no tenia mas leche por lo que me conforme con un simple cappuccino, de esos instantáneos que solo debes agregarle agua caliente. Me senté junto a la ventana para observar a la gente que pasaba caminando por la acera. Aun estaba un tanto aturdida.
Al terminar me dedique a limpiar un poco la casa, era un desastre total. Había trabajado demasiado esa semana y limpiado poco. El primer lugar fue mi habitación. Ropa tirada, mezcla de lo limpio con lo sucio, desorden por aquí y por allá. Yo no era así pero la rutina me estaba cambiando por completo.
Cerca del medio día termine con la cocina. Me vestí y por primera vez en varios meses tome el teléfono y le marque a Wendy quien era mi mejor amiga y había descuidado rotundamente.
¿Hola Maggie sos vos?- me pregunto tan sorprendida como confundida y feliz por mi llamado.
-Si Wen soy yo, quería hablar con vos para pedirte disculpas por mi falta de amistad- le dije con un nudo en la garganta. Estaba muy apenada por lo que nos había sucedido.
-Nada de eso tonta, eres mi mejor amiga y te quiero. Ven a mi casa a la hora del almuerzo y hablamos-
-De acuerdo, en cuanto termine salgo para tu casa, llevo el postre- al colgar estaba un poco mas aliviada, sus palabras habían sido muy buenas, al parecer no estaba tan enfadada.
Salí apurada, como siempre. Nunca se me quitaba la impuntualidad de mi vida, era algo que llevaba con migo siempre. Pase por una confitería y compre una torta de chocolate con dulce de leche y nueces, era su preferido y yo lo sabia muy bien. Al llegar la puerta estaba abierta, entre y aspire un aroma delicioso.
-Wen llegue- le grite colocando la torta en el refrigerador y mis cosas sobre la mesa - ¿en donde estas?
-Ya voy- me respondió desde el patio.
Entro en la casa, me miro hipnotizada por un momento y luego corrió a abrazarme, no podía creer que yo estuviera parada allí. Estuvimos así por un rato largo, sin hablar, solo apretándonos más fuerte y llorando por el reencuentro.
-¿Que hiciste en todo este tiempo? – le pregunte. Hoy seria un dia completo para ella y solo hablaría mi amiga, yo esperaría mi turno para contarle de mis nuevos acontecimientos.
Almorzamos pollo relleno con papas fritas, era su especialidad, y luego nos deleitamos con la torta. En el transcurso de la comida hablamos de cosas viejas, nuevas y del futuro inmediato.
Me conto alegremente que seguía en su relación con Mat, el chico de la librería a la que íbamos todos los días después de las clases solo para que ella pudiera verlo. Reimos al recordar la cantidad de dinero que gastábamos en lápices, lapiceras y hojas para que ella pudiera preguntarle los precios y estar uno minutos con el. Al final de nuestros estudios ellos comenzaron a verse en otros términos y ahora estaban comprometidos. El era dos años mayor que ella.
-Yo conocí a un muchacho hace unas semana y fuimos a cenar, quedamos en hablarnos- le conté emocionada. Al parecer nuestros meses sin vernos se habían esfumados, nadie parecía recordar mi comportamiento, eso me llenaba de dicha, no era fácil explicar la falta que me hacia estar junto a mi mejor amiga.
En medio de la charla suena mi móvil- Es el- le susurre a Wen, señalándole con el dedo índice el teléfono y haciendo una sonrisa de satisfacción.
-Hola Damian ¿como estas?- pregunte mientras miraba a mi amiga a los ojos expresándole mi alegría por escuchar esa dulce voz. Mientras yo hablaba Wen acomodo un par de cosas, parecía ansiosa por escuchar lo que decíamos.
-De acuerdo ahí nos veremos- concluí y luego corte.
-Contame todo en este momento, ¿Qué van a hacer?- Ella sonreía de alegría por mi entusiasmo, no lo podía creer todavía.
-Vamos a ir al cine a ver una película nueva que salió, dicen que está muy emocionante, que es original y la trama te deja expectante para ver la segunda parte.
Conversamos alrededor de dos horas más después de mi llamada telefónica, debíamos recuperar el tiempo perdido. Eran las cinco de la tarde cuando me levante para marcharme. Nos abrazamos y prometimos llamarnos y vernos de vez en cuando. Debía madurar en cuanto a esta actitud y no volver a permitir que las obligaciones vuelvan a separarnos.
Me fui a casa con lágrimas en los ojos, había recuperado a mi alma gemela, la persona de la que no debería haberme separado jamás. Camine despacio, sin prisa por las calles de la ciudad haciendo un balance de lo que había ocurrido en este día, con conclusiones por demás de positivas.
Entre en mi casa dejando la cartera y el saco sobre la mesa y me fui a bañar. Fue tan placentero, aunque no duro demasiado. Me fastidiaba malgastar agua, era ambientalista por naturaleza y eso nadie me lo podría cambiar.
Llego Damian a las ocho de la noche, era muy puntual, algo que a mí me costaba lograr. Era agradable ver esa cualidad en el, eso me daba la pauta que quizás aprendería a llegar temprano más seguido.
Fuimos al cine, la película estuvo genial, bueno efectos, trama interesante, actores destacados. Era de esos films que te dejaban con intriga, con ganas de ver como seguía la historia.
Fuimos caminando hasta mi casa, era bueno no tener vehículo porque de ese modo aprovechábamos el tiempo para hablar y conocernos más. A mitad de camino su mano rozo con la mía, un escalofrió recorrió mi cuerpo completo hasta que se estaciono en mi estomago y sentí como se me hacia un nudo de nervios. Mi corazón se acelero al instante y mis mejillas se encendieron dejándome completamente colorada y con un calor abrasador.
Al parecer fue una buena treta de su parte ya que un segundo más tarde sus dedos se entrelazaron con los míos. Estaba un poco sudada, no cabía duda de que él estaba tan frenético como yo. A medida que avanzábamos por la vereda mi cuerpo se relajo, ya no temblaba ni tenía palpitaciones. Todo se había normalizado.
Paramos en la puerta de mi casa. Nos miramos a los ojos por un breve lapso de tiempo y luego el mundo desapareció. Me quede helada sin poder reaccionar, mi alma se agito con fuerza, mis sentidos perdieron contacto con mi cuerpo. Mis manos quedaron tiesas a los costados.
Me beso. Esta vez fue en los labios. Fue algo inesperado, sin avisar ni darme tiempo a reaccionar. Fue el mejor beso que alguien me haya robado jamás, tan tierno y apasionado como uno de Romeo y Julieta.
Sentí su corazón latir tan acelerado como el mío. Sus manos apoyadas en mi rostro estaban calientes y temblaban sin cesar.
Estaba con los ojos cerrados, me faltaba el aire, tanto por la intensidad del beso como por la emoción del momento.
No podía calcular cuánto tiempo había pasado pero cuando se separo creí que había sido muy corto, no quería distanciarme de él. No me soltó. Volvió a mirarme fijo y dijo- quise hacer esto desde el momento en que te vi- suspiro de alivio y se alejo un poco.
Yo aun seguía anonadada, no reaccionaba. Todo mi ser estaba duro como una estatua. Me costó pero me despabile. No sabía que decir y lo único que pude hacer fue sonreír.
El se relajo y me dio otro beso más corto y con menos temor. La prueba de fuego ya había concluido y había sido maravilloso. Ambos estábamos radiantes de alegría.
Ninguno dijo nada al respecto, solo nos miramos por un tiempo más. –Me voy, ha sido una de mis mejores noches-
-Opino igual que vos, fue perfecta. Adiós, nos vemos pronto.
Lentamente se interno en la oscuridad de la noche. El cielo estaba estrellado pero no había luna. El clima era cálido ya que estábamos en otoño, ni siquiera había viento. Era sin duda una noche mágica.
Al cerrar la puerta detrás de mi no pude evitar el suspirar. Estaba comenzando a enamorarme. Me parecía un poco acelerado pero era tan maravilloso lo que estaba pasando que creía que me despertaría de un sueño en breve y quería disfrutarlo mientras duraba. Era feliz.
ESTA HISTORIA ESTA PROTEGIDA POR LOS DERECHOS DE AUTOR.
CUALQUIER ALBITRARIEDAD TENDRA CONSECUANCIAS CON
EL MISMO Y PRIVATIZARA DE SUS DERECHOS COMO MIEMBRO.
BUENO ESTA ES LA SEGUNDA PARTE ESPERO QUE LES GUSTE, ME ENCANTARÍA QUE DEJARAN SU OPINIÓN, TODO VALE. GRACIAS
Desperté algo exaltada. Había tenido un sueño bastante raro y sumamente real. Iba corriendo a gran velocidad hasta llegar al borde de un precipicio. La fuerza del envión era tan poderosa que no me permitía parar. Intentaba frenar mis piernas pero estas no respondían. En el momento menos esperado el suelo se termino y comencé a caer en picada hacia abajo, movia los brazos y las piernas sin cesar tratando de volar o de disminuir la velocidad pero todo era sin sentido, no dejaba de descender.
En el momento justo en el que estaba por chocar contra el piso y morirme sin lugar a dudas me desperté, aun movía los brazos para ambos lados. Estaba algo agitada por lo sucedido, no le encontraba sentido alguno pero recordaba cada instante de esa caída. Le buscaba alguna explicación razonable pero no la hallaba.
Me levante muy lentamente, aun estaba un tanto mareada y poco consciente por aquel sueño. Fui hasta la cocina y me prepare el desayuno, ya no tenia mas leche por lo que me conforme con un simple cappuccino, de esos instantáneos que solo debes agregarle agua caliente. Me senté junto a la ventana para observar a la gente que pasaba caminando por la acera. Aun estaba un tanto aturdida.
Al terminar me dedique a limpiar un poco la casa, era un desastre total. Había trabajado demasiado esa semana y limpiado poco. El primer lugar fue mi habitación. Ropa tirada, mezcla de lo limpio con lo sucio, desorden por aquí y por allá. Yo no era así pero la rutina me estaba cambiando por completo.
Cerca del medio día termine con la cocina. Me vestí y por primera vez en varios meses tome el teléfono y le marque a Wendy quien era mi mejor amiga y había descuidado rotundamente.
¿Hola Maggie sos vos?- me pregunto tan sorprendida como confundida y feliz por mi llamado.
-Si Wen soy yo, quería hablar con vos para pedirte disculpas por mi falta de amistad- le dije con un nudo en la garganta. Estaba muy apenada por lo que nos había sucedido.
-Nada de eso tonta, eres mi mejor amiga y te quiero. Ven a mi casa a la hora del almuerzo y hablamos-
-De acuerdo, en cuanto termine salgo para tu casa, llevo el postre- al colgar estaba un poco mas aliviada, sus palabras habían sido muy buenas, al parecer no estaba tan enfadada.
Salí apurada, como siempre. Nunca se me quitaba la impuntualidad de mi vida, era algo que llevaba con migo siempre. Pase por una confitería y compre una torta de chocolate con dulce de leche y nueces, era su preferido y yo lo sabia muy bien. Al llegar la puerta estaba abierta, entre y aspire un aroma delicioso.
-Wen llegue- le grite colocando la torta en el refrigerador y mis cosas sobre la mesa - ¿en donde estas?
-Ya voy- me respondió desde el patio.
Entro en la casa, me miro hipnotizada por un momento y luego corrió a abrazarme, no podía creer que yo estuviera parada allí. Estuvimos así por un rato largo, sin hablar, solo apretándonos más fuerte y llorando por el reencuentro.
-¿Que hiciste en todo este tiempo? – le pregunte. Hoy seria un dia completo para ella y solo hablaría mi amiga, yo esperaría mi turno para contarle de mis nuevos acontecimientos.
Almorzamos pollo relleno con papas fritas, era su especialidad, y luego nos deleitamos con la torta. En el transcurso de la comida hablamos de cosas viejas, nuevas y del futuro inmediato.
Me conto alegremente que seguía en su relación con Mat, el chico de la librería a la que íbamos todos los días después de las clases solo para que ella pudiera verlo. Reimos al recordar la cantidad de dinero que gastábamos en lápices, lapiceras y hojas para que ella pudiera preguntarle los precios y estar uno minutos con el. Al final de nuestros estudios ellos comenzaron a verse en otros términos y ahora estaban comprometidos. El era dos años mayor que ella.
-Yo conocí a un muchacho hace unas semana y fuimos a cenar, quedamos en hablarnos- le conté emocionada. Al parecer nuestros meses sin vernos se habían esfumados, nadie parecía recordar mi comportamiento, eso me llenaba de dicha, no era fácil explicar la falta que me hacia estar junto a mi mejor amiga.
En medio de la charla suena mi móvil- Es el- le susurre a Wen, señalándole con el dedo índice el teléfono y haciendo una sonrisa de satisfacción.
-Hola Damian ¿como estas?- pregunte mientras miraba a mi amiga a los ojos expresándole mi alegría por escuchar esa dulce voz. Mientras yo hablaba Wen acomodo un par de cosas, parecía ansiosa por escuchar lo que decíamos.
-De acuerdo ahí nos veremos- concluí y luego corte.
-Contame todo en este momento, ¿Qué van a hacer?- Ella sonreía de alegría por mi entusiasmo, no lo podía creer todavía.
-Vamos a ir al cine a ver una película nueva que salió, dicen que está muy emocionante, que es original y la trama te deja expectante para ver la segunda parte.
Conversamos alrededor de dos horas más después de mi llamada telefónica, debíamos recuperar el tiempo perdido. Eran las cinco de la tarde cuando me levante para marcharme. Nos abrazamos y prometimos llamarnos y vernos de vez en cuando. Debía madurar en cuanto a esta actitud y no volver a permitir que las obligaciones vuelvan a separarnos.
Me fui a casa con lágrimas en los ojos, había recuperado a mi alma gemela, la persona de la que no debería haberme separado jamás. Camine despacio, sin prisa por las calles de la ciudad haciendo un balance de lo que había ocurrido en este día, con conclusiones por demás de positivas.
Entre en mi casa dejando la cartera y el saco sobre la mesa y me fui a bañar. Fue tan placentero, aunque no duro demasiado. Me fastidiaba malgastar agua, era ambientalista por naturaleza y eso nadie me lo podría cambiar.
Llego Damian a las ocho de la noche, era muy puntual, algo que a mí me costaba lograr. Era agradable ver esa cualidad en el, eso me daba la pauta que quizás aprendería a llegar temprano más seguido.
Fuimos al cine, la película estuvo genial, bueno efectos, trama interesante, actores destacados. Era de esos films que te dejaban con intriga, con ganas de ver como seguía la historia.
Fuimos caminando hasta mi casa, era bueno no tener vehículo porque de ese modo aprovechábamos el tiempo para hablar y conocernos más. A mitad de camino su mano rozo con la mía, un escalofrió recorrió mi cuerpo completo hasta que se estaciono en mi estomago y sentí como se me hacia un nudo de nervios. Mi corazón se acelero al instante y mis mejillas se encendieron dejándome completamente colorada y con un calor abrasador.
Al parecer fue una buena treta de su parte ya que un segundo más tarde sus dedos se entrelazaron con los míos. Estaba un poco sudada, no cabía duda de que él estaba tan frenético como yo. A medida que avanzábamos por la vereda mi cuerpo se relajo, ya no temblaba ni tenía palpitaciones. Todo se había normalizado.
Paramos en la puerta de mi casa. Nos miramos a los ojos por un breve lapso de tiempo y luego el mundo desapareció. Me quede helada sin poder reaccionar, mi alma se agito con fuerza, mis sentidos perdieron contacto con mi cuerpo. Mis manos quedaron tiesas a los costados.
Me beso. Esta vez fue en los labios. Fue algo inesperado, sin avisar ni darme tiempo a reaccionar. Fue el mejor beso que alguien me haya robado jamás, tan tierno y apasionado como uno de Romeo y Julieta.
Sentí su corazón latir tan acelerado como el mío. Sus manos apoyadas en mi rostro estaban calientes y temblaban sin cesar.
Estaba con los ojos cerrados, me faltaba el aire, tanto por la intensidad del beso como por la emoción del momento.
No podía calcular cuánto tiempo había pasado pero cuando se separo creí que había sido muy corto, no quería distanciarme de él. No me soltó. Volvió a mirarme fijo y dijo- quise hacer esto desde el momento en que te vi- suspiro de alivio y se alejo un poco.
Yo aun seguía anonadada, no reaccionaba. Todo mi ser estaba duro como una estatua. Me costó pero me despabile. No sabía que decir y lo único que pude hacer fue sonreír.
El se relajo y me dio otro beso más corto y con menos temor. La prueba de fuego ya había concluido y había sido maravilloso. Ambos estábamos radiantes de alegría.
Ninguno dijo nada al respecto, solo nos miramos por un tiempo más. –Me voy, ha sido una de mis mejores noches-
-Opino igual que vos, fue perfecta. Adiós, nos vemos pronto.
Lentamente se interno en la oscuridad de la noche. El cielo estaba estrellado pero no había luna. El clima era cálido ya que estábamos en otoño, ni siquiera había viento. Era sin duda una noche mágica.
Al cerrar la puerta detrás de mi no pude evitar el suspirar. Estaba comenzando a enamorarme. Me parecía un poco acelerado pero era tan maravilloso lo que estaba pasando que creía que me despertaría de un sueño en breve y quería disfrutarlo mientras duraba. Era feliz.
ESTA HISTORIA ESTA PROTEGIDA POR LOS DERECHOS DE AUTOR.
CUALQUIER ALBITRARIEDAD TENDRA CONSECUANCIAS CON
EL MISMO Y PRIVATIZARA DE SUS DERECHOS COMO MIEMBRO.
BUENO ESTA ES LA SEGUNDA PARTE ESPERO QUE LES GUSTE, ME ENCANTARÍA QUE DEJARAN SU OPINIÓN, TODO VALE. GRACIAS
Maggie- Sweet Vampire
- Mensajes : 527
Fecha de inscripción : 24/02/2010
Edad : 37
Localización : Depende
Re: Reencuentro -capitulo 3-
como decimos acá... ¡chuuuuuliiiiinnaaaaa!, es re tierna, me encanta! y como te digo siempre Maggie, tus descripciones: perfectas. De taller literario. Un 1o y espero el siguiente. Abrazos amiga, te vas pa' rriba!
Re: Reencuentro -capitulo 3-
Vos teneis un gran talento... Me fasino...
Jacob W. Black- Wolf Boy | Dangerous Wolf | Staff
- Mensajes : 171
Fecha de inscripción : 26/01/2010
Edad : 32
Localización : Reservacion La Push
Re: Reencuentro -capitulo 3-
Muchas gracias a ambos, me pone muy feliz que piensen eso
Maggie- Sweet Vampire
- Mensajes : 527
Fecha de inscripción : 24/02/2010
Edad : 37
Localización : Depende
Re: Reencuentro -capitulo 3-
wow, tu si sabes escribir
Saskia Alezandrovna- Mensajes : 173
Fecha de inscripción : 05/04/2010
Localización : Vampira
Re: Reencuentro -capitulo 3-
esta lindo te quedo genial
Renesmee Cullen- Beautiful Vampire
- Mensajes : 39
Fecha de inscripción : 27/01/2010
Edad : 29
Localización : Valle Olympic
Re: Reencuentro -capitulo 3-
Muchas gracias por sus palabras
Maggie- Sweet Vampire
- Mensajes : 527
Fecha de inscripción : 24/02/2010
Edad : 37
Localización : Depende
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