Cacería [Alice y Jaslice]

La historia oficial era que nos ibamos de campamento, pero, lejos de estar armando tiendas y encendiendo fogatas, nos preparábamos para alimentarnos. Estas cacerías en 'familia' eran nuevas para mí, al menos el hecho de saber que me acompañaba una pequeña hibrida a quien quería como hija propia. Nos habíamos alejado bastante, adentrándonos donde pasos humanos no llegarían, posiblemente a causa de la tupida vegetacion, la ausencia de senderos o la lejanía con el pueblo; lo que sea, pero cuanto más salvaje era el lugar, más variedad de presas podríamos hallar. No era habitual que pumas o algun que otro oso rondaran las lindes del bosque, y a ellos era precisamente a quienes buscaba. Porque, seamos sinceros, los ciervos aburren, además de ser mucho menos apetitosos que los carnívoros.

Mirava a mis padres con gran felicidad ,sabria que esto seria muy divertido,y ademas estariamos juntos los tres ya que hace bastante tiempo no lo haciamos
y estrañaba eso pasar un rato con mis padres.


[color=blue]Mire a mi padres y les sonreir ,yo sabia que aunque no era su hija biologica me amaban como si lo fuera../color]
Y me sentia agusto por tenerlos como mis padres ,ya que eran los mejores del mundo-
Despues mirava el lugar si que era realmente bello.

La escena destilaba serenidad. Los tres tomados de la mano, caminando sin aparente preocupación entre los árboles, como si se tratara de un simple paseo familiar en una enorme pradera despejada. Bueno, quizàs esa fue la sensación que tuve cuando emergimos de entre la maleza, hallando un claro irregular pero amplio, adornado de unas cuantas flores silvestres que anunciaban el principio de la primavera.

De repente, un único sonido sordo y pesado, que solo podìa pertenecer a la blanda pisada de un oso, llegó a mis oídos. Frené en seco, aún sin soltar la mano de Alice, sabiendo que habíamos encontrado al fin a nuestra presa. Mi monstruito rápidamente cuestionó mi pausa, por lo que trabé mi mirada en la suya, instándola a escuchar. No tardó en captar la fuente del sonido, y le guiñé un ojo a Jaslice mientras ella misma lograba oír al animal. Cada vez se acercaba más, y sus pasos se hacían más fuertes, evidenciando su presencia.