Casting para Renata Vulturi

Otro dia mas terminaba en la ciudad mas segura del mundo. Volterra, tras los muros de la fortaleza Vulturi y gracias a Heidi nos llega todos los dias comida fresca, y para mi eso es lo de menos, fui aceptada como escudo protecctor de Aro y sus hermanos y ese era mi principal acometido. Siempre en pos de ellos, mi prioridad era Aro pero debia protejer tambien a los demás en cuanto de me dependiese.
La mayoria del tiempo estaba cayada a un par de metros de Aro, pero todavia era pronto, estaba en mi habitacion leyendo un libro muy curiosos sobre vampiros, era muy gracioso pues nos describia tal y como nosotros eramos. Fieles, escondidos tras un velo invisible que nos otorgaba el anonimato y todo, sobre todo que cumpliamos las normas. De eso nos encargabamos nosotros, era nuestro acometido, dar a aquellos que se lo merecen sus merecido por incumplir nuestras normas.

- Uff...- dije cansada por una vez de la rutina de aquel lugar... Como aun era de noche decidi salir a dar un paseo por los alrededores de la fortaleza, me meti bajo mi capucha por si el amanecer me pillaba desperevenida y prosegui mi camido por los oscuros y frios corredores del castillo hasta que llegue fuera y comence a andar lenta y pausadamente.

Sin que yo apenas pudiese remediarlo un siseo salió de mis labios como un cuchillo, volteé asi mi capa y cambie de direccion dirigiendome hacia aquel molesto olor.
¿Qué hacia un licantropo en Volterra? Esto le encnataria a mis maestros. Sobre todo a Marcus.

Me quede a un par de metros del individuo que no conocia.
- Licantropo- dije llamando su atención.- No deberias estar aqui.- le aconseje.- Los de tu especie no son bien recividos aqui.- añadi mirandole a los ojos. Entonces me di cuenta de que a ese licantropo ya le habia visto. Tiempo atrás en el territorio de los Cullen, en aquel claro donde nos habian parado y enseñado a aquella niña tan rara , la niña mitad humana mitad vampiro. Renococeria esos ojos allá donde los viese pues habia estado frente a el y mi memoria no solia fallarme, ese olor y esos ojos eran los mismo que habia visto aquella vez en el claro del bosque.
- ¿Quién te envia lobo?- añadi impaciente.- ¿Los Cullen?.- esperé tranquila su respuesta, o al menos tranqula parecia estar.

- Tus intenciones me interesan si tienen que ver con mi trabajo, es decir con mis maestros.- dije entrecerrando mis ojos carmesies.
- Para que los requieres- pregunte firme.

Es cierto sus intenciones no deberian importarme pero estaba obligada a proteger a mis maestros de cualquier cosa y los licantropos eran una de mis prioridades por lo tanto no podia permitirme ningun error.

- Espero tu respuesta. O respondes con sinceridad o no llegaras ni a la entrada principal de este castillo.- dije finalmente y una sonrrisa malvada se dibujo en mi rostro. Desafiandole.

Volvi a sisear y me desplace hacia la fuente de la plaza. Apareciendo alli como si nada y sentandome en lo alto de esta.
- Creeme... si tienes un buen motivo para ver a mis maestros y te portas bien...- alcé la cabeza, como pensando.- Veras a mis señores.- Añadi seria.

Podia imaginar la felicidad de mis señores cuando apareciese entre ellos con un licantropo. La recompensa seria buena pero este sentimiento no se reflejo para nada ni en mi expresion, tanto en la postura de mi cuerpo como en el brillo habitual carmesi de mis ojos y menos en mi tono de voz. Cualquera de estos sintomas denotaria alegria o entusiasmo y no arrogancia como deberia expresas asique continue con mi farsa.

- Qué, ¿Piensas decirme tus motivos o vas a estar dando vueltas todo el dia? Porque te aviso esta fortaleza es como un laberinto y ni un licantropo como tu podria eludirnos a todos si llego a dar la voz de alarma.- Volvi a sonreir.